Las emisiones de material particulado siempre serán un problema de salud y de economía para cualquier conglomerado empresarial.
No planificar procesos para aminorar o evitar esto, lleva a pérdidas de dinero importante, ya sea por ineficiencia de máquinas y climatización, ausentismo laboral por enfermedad que lleva a rotación innecesaria, y desde luego, penalizaciones por organismos gubernamentales en cuanto al mal manejo de material particulado. Más relevante aún, la fuerza laboral conformada por personas, están en riesgo sistemático por enfermedades crónicas que atentan contra su integridad.
El conocimiento profundo del entorno donde se labora, es esencial para entender cómo se comportarán determinadas partículas. La dispersión está ligada inherentemente a la atmósfera de un campo, la topografía y geología de la zona, las condiciones meteorológicas, forma del terreno, vegetación, su altura con relación al nivel del mar, su proximidad a la misma, e incluso, la forma arquitectónica de la ciudad más próxima –dimensión de edificios, urbanización, etc.–.
En ese sentido, puertos logísticos, instalaciones industriales y demás estructuras de trabajo, deben contar con planes para la supresión de estos polvos, que se dan a través de la nebulización industrial, y por supuesto, sistemas de ventilación y extracción con gran capacidad para manejar humos, gases y demás contaminantes en un entorno industrializado.
Las leyes en materia ambiental están para cumplirse, igualmente aquellos reglamentos para la industria ante la contaminación atmosférica. Los valores límite se establecen con base en periodos específicos, donde cada organismo o región posee su propio reglamento, para los márgenes de tolerancia permisible para el ser humano, al estar en contacto con material contaminante.
Generalmente, las partículas más comunes y dañinas en acumulaciones, son el benceno, monóxido de carbono, óxido de nitrógeno, dióxido de azufre, plomo, entre otros. La aglomeración de todos estos tipos de polución, se convierte automáticamente en un tema de salud pública. Es decir, en un momento dado, el sector gubernamental, deberá dar un paso al frente en tal tema, y si es necesario clausurar un determinado establecimiento o nave industrial, lo va a hacer.
Lo mejor para evitar todo esto, es contar con planes y guías preventivas en cuanto a las mediciones de material particulado en áreas cerradas y abiertas, con medidores muy bien calibrados. En ese sentido también será preponderante acudir a expertos en el manejo de contaminantes, que mediante procesos específicos dependiendo de cada empresa, se pueda hacer una planeación adecuada para lidiar con la contaminación generada por los distintos procesos de producción y manejo de materia prima.