Gestión de metales pesados con ventilación industrial y captura de gases y vapores

Generalmente, la naturaleza se encarga de filtrar todo tipo de contaminantes, incluso aquellos generados por la industria, ya sea a través de los suelos y la misma lluvia. Pero cuando los contaminantes se aglomeran en masa, así surge el problema medioambiental, donde las empresas deberán lidiar con las consecuencias, ya sea a través de multas costosas e incluso la prisión, dependiendo del grado de irresponsabilidad del complejo industrial y aquellos que lo manejen.

Las investigaciones han podido arrojar que, en planicies o llanuras con poca vegetación, el gradiente de velocidad de arrastre es suave. Caso contrario en bosques y urbanizaciones con altos edificios, donde la velocidad de viento es mayor. Quizás, la gran diferencia es que los bosques logran filtrar o hasta purificar el ambiente, contra esas dañinas partículas. Mientras, en los edificios, la polución atmosférica se filtra a interiores, provocando una amalgama de contaminación relevante; es cuando los mecanismos extractores, de captura y purificación, juegan un papel preponderante en esta clase de urbanizaciones.

Pero quizás lo más relevante de todo, es planificar desde la concepción de una nave industrial, toda la problemática que se pudiera suscitar, y ahí los programas como CAD y BIM, pueden ser de utilidad, ya que sobre todo este último, logra predecir con precisión, los problemas estructurales y su incidencia en el entorno geográfico.

Los metales pesados, suelen ser esos factores más alarmantes en cuanto emisión de pululantes a la atmósfera y al agua misma por los desechos industriales. En la fundición primaria del plomo, arsénico y cadmio, por mencionar algunos ejemplos, llegan a provocar esa amalgama contaminante, capaz de filtrarse en otros edificios que no tienen nada que ver con el proceso de transformación. En esta clase de urbanizaciones industriales, es preponderante contar con sistemas de ventilación y extracción industrial realmente eficientes en todos aspectos.

Asimismo, están aquellas fábricas que trabajan con la hulla, y ni qué decir de las empresas del hierro y acero. Estas actividades se consideran procesos sin combustión, pero de gran consideración en su emisión contaminante. Casi todas las actividades están involucradas, como la manipulación, mezclado, separación, clasificación, almacenado, y desde luego, los procesos para reducir los materiales metálicos para transformarlos en polvos. Todo centro logístico o manufacturero de tales materiales, deben tener procedimientos de seguridad ambiental para estos casos, y así, obtener el aire puro que trabajadores y civiles necesitan; una planeación concienzuda de ventilación y extracción de contaminantes, para reducir las emisiones visibles, es una forma fidedigna de seguridad ambiental.