No hay que confundir el polvo generado en casa, al que se produce en la industria.

Existe una amplia diferencia entre ambas, donde las partículas sólidas de un determinado entorno laboral, pueden perjudicar seriamente a cualquier trabajador o incluso civiles en las cercanías. Esto se debe preponderantemente al tipo de material al que se está expuesto en una zona industrial.

En ese sentido, existe un concepto dentro de la ingeniería conceptual, el cual es llamado ‘cálculo de requerimiento de ventilación para el proceso’, en el cual se debe considerar el flujo total requerido para toda una nave industrial o complejo. Esto se ayuda de procedimientos para asegurar el desempeño de los ductos a lo largo del tiempo, con revisiones periódicas gráficas, que sean trascendentes para ejecutar las acciones correctivas, pero, sobre todo, permitiendo escenarios de prevención para la mejora continua de una instalación, de acuerdo a las regulaciones normativas mexicanas.

Estos polvos peligrosos se pueden hallar en múltiples sectores industriales, y más en la minería, agricultura –manejo de fertilizantes–, textiles, panificadoras, sector de la construcción –silicosis–, sector eléctrico, entre muchos otros.

Los Valores Límites de Exposición o VLE, es un indicador para regular la cantidad de sustancias químicas dispersadas en el aire, y desde luego las áreas industriales no están exentas de dichas mediciones. En el caso de México es la NOM-010-STPS-2014 la que contiene estos límites.

Ahora, estas delimitaciones se toman en cuenta de acuerdo a ciertos factores, como los efectos biológicos, las propiedades fisicoquímicas de los materiales, y ciertamente el tamaño de la partícula.

Por otro lado, hay sustancias o materiales particulados donde no existe una evidencia toxicológica como tal, por lo que no se puede delimitar un máximo de exposición. Estamos hablando de las partículas insolubles o con poca solubilidad, con cero límites de exposición en particular, insolubilidad en el fluido de los pulmones, con una toxicidad relativamente baja al no reaccionar químicamente con tejidos respiratorios.

Se considera un material activo cuando las propiedades del polvo particulado meramente peligroso, es decir, con características cancerígenas, neurotóxicas, hepatotóxicas, entre otros. Se considera un material inerte y por lo tanto no peligroso, cuando carece de las características antes mencionadas. En ambos materiales activos o inertes, poseen un valor límite de exposición en específico.

Los materiales particulados insolubles o con poca solubilidad, tiene un valor de límite de exposición más generalizado, al desconocerse las características dañinas en un entorno determinado.